Rafael D Gonzalez
Como hay comentarios aquí con el mismo nombre que yo, de los cuales no fui el autor, aprovecho para escribir un poco acerca de mi experiencia como residente del Colegio Mayor, donde viví en 2009, cuando hice un intercambio en Santiago, estudiando en la USC. Fue una gran experiencia que todavía recuerdo con mucho cariño y que marcó mucho mi vida personal y académica.
Desde el principio encontré un ambiente muy amigable y me han recibido bien. Recuerdo, por ejemplo, que el primer día que fui a vivir allí, llamaron a un ex residente, portugués, para almorzar con nosotros, ya que yo no hablaba bien el español. Muy atentos y amables, y así continuaron. Incluso en los fines de semana, cuando parte de los residentes viajaban, no faltaron actividades para hacer, viajes, paseos y visitas.
La estructura del Colegio fue algo que me sorprendió mucho, tanto la estructura física (habitaciones, sala de estudios, pabellón…), como las comidas y las actividades ofrecidas. Antes de estar allí, yo no sabía lo que era un Colegio Mayor, recuerdo una de las primeras explicaciones que me dieron, que no era solo una residencia, sino un lugar que se preocupaba por complementar nuestra formación como estudiantes y como personas. Y así fue, entre las más variadas actividades, como cursos, ciclos de cine, tertulias, voluntariado en el hospital infantil, concursos, actos académicos, celebraciones, competiciones deportivas y atención a la parte espiritual para aquellos que lo deseaban. También estuvimos en Roma para el congreso universitario UNIV, yo con la ayuda de una beca por un video que hice para presentar en el congreso.
Fueron muchas las experiencias que, por cierto, no habría vivido si no hubiera pasado por allá. Han pasado muchos años y hasta hoy soy muy agradecido por todos los momentos, todas las charlas y los amigos de esa época, a los cuales recuerdo con mucho cariño.