Nerea Rey
En un principio iba a opinar sobre el escaso tamaño de las porciones de tarta (que desde luego, se os debía de caer la cara de vergüenza por cobrar 3'5€ por una porción de tarta de queso del tamaño de una que comería un bebé Nenuco y aún se quedaría con hambre), sobre la baja calidad de los productos, o sobre un montón de aspectos que no hay por donde cogerlos, pero me voy a centrar en algo todavía más grave...
Un gerente de un local tiene que ser una persona con educación, respeto y unos valores que desde luego la persona que responde a las reseñas NO TIENE. Si alguien te está haciendo una crítica constructiva, lo mínimo que tienes que hacer es responder con educación e intentar cambiar eso que a la gente no le gusta. Con la falta de educación que se demuestra en las respuestas a las reseñas de la gente, lo único que se da a entender es que en este local se tiene una nula vocación por la repostería y un nulo respeto por los clientes. Las reseñas y sobre todo las respuestas las está leyendo todo el mundo y no hay cosa más desagradable que leer lo que respondéis. Hace tiempo que tomé la decisión de no volver a pisar ese local y, hasta que no se cambie vuestra forma tan horripilante de tratar a los clientes, no pienso volver.
Tenéis esa buena nota por las reseñas de hace años de cuando el local sí merecía la pena porque lo llevaba gente con educación, vocación y amor por su negocio. Si no, no tendríais ni una estrella.