Janet Castro
Cambiar de escuela no es una buena situación para ningún estudiante, pero sobre todo cuando añadimos un cambio de país e idioma. Llegamos retornados en el 2019, y nuestros hijos, en aquel momento de 11 y 16 años, entraban en Sexto de primaria y Primero de Bachillerato respectivamente con un manejo del español limitado, además de una forma de estudiar diferente. Pudo haber sido un desastre, pero gracias al sistema del Colegio y a sus magníficos profesores no ha sido el caso.
Aunque estos dos años han sido difíciles, este colegio ha cambiado el curso de sus vidas. Siempre con una orientación positiva, el método y filosofía del colegio Eirís ha funcionado, enseñándoles a estudiar de manera inteligente. Quisiera destacar la disponibilidad de estrategias individualizadas según las necesidades de los alumnos con objeto de encaminarlos al éxito.
Apreciamos sinceramente la atención recibida por todo el personal del colegio, desde la recepción a la secretaría, y la labor de la psicóloga y los profesores, especialmente los de Bachillerato. Gracias al tutor de mi hijo, aunque no mencione aquí su nombre él se reconocerá, por su EXTRAORDINARIO trabajo y aliento constante que ha motivado a Eric (graduado de Bachillerato este año) a creer en sus propias capacidades y a seguir esforzándose.
Ambos han conseguido terminar sus años académicos con notas que reflejan un adecuado ajuste al nuevo sistema.
¿Qué más pueden pedir unos padres?