Marina Gómez
Hemos ido a cenar a can mami por una oferta del 30% que vimos en El Tenedor. Mi amiga y yo quisimos compartir platos así que pedimos pizza y pasta para probar un poco de todo. Lo primero que trajeron fue la pizza, elegimos la Gustosa y estaba muy buena! Después llegó la pasta carbonara, que además la pedimos con pasta fresca que tienen ellos, la cual cuesta dos euros más. El problema fue que eso era una carbonara muy rara. Para empezar, estaba muy seca, y según lo que tengo entendido tengo entendido tendría que ser más bien melosa. No estaba buena de sabor, algo había ahí, algún ingrediente que fallaba, no lo sabemos, pero mi primera impresión fue que sabía a pies. Mal. Total, que no comimos nada, solo la primera porción de prueba. El plato estaba intacto y nos quisimos quejar para ver qué se podía hacer. Vino el cocinero para ver cuál era el problema, le explicamos que si esto era carbonara era muy diferente de lo que habíamos probado y cocinado en casa (no comemos la que se hace con "leche para cocinar", la comemos a la italiana, con huevo y parmesano, además de que he viajado varias veces a Italia, he comido carbonara en múltiples lugares y ninguno se parecía a lo de este restaurante). Total, que el cocinero nos retira el plato y se va, sin ni siquiera preguntar si queremos otra cosa a cambio. Al rato vuelve y nos dice que no entiende porque no nos gusta, que estaba buena de sabor porque la había probado!!! Habiendo Covid19 ha probado nuestro plato!!! Y que si lo queríamos de nuevo. Le pregunté si era italiano, me dijo que si. Y dijo que así es como se hacía en Italia. Pues discrepo porque es la primera vez que la pruebo de esta manera, y lo siento no nos ha gustado. Luego añadió que siempre gustaba mucho a todos, por lo que imagino que con esta tiene que haber habido algún fallo. Pareció ofendido, no era nuestra intención porque nos encanta comer italiano. Nos disculpamos desde aquí si le hemos hecho sentir mal, pero en un restaurante creo que es importante comer agusto, al final por eso pagas. Nos pedimos postre, bombas de Nutella y un una especie de rollito con pistacho dentro (tienen más sabores) y nos parecieron buenísimos. Un dulce final. Al pedir la cuenta, nos cobraron la pasta carbonara que no nos habíamos comido, un gesto feo por su parte ya que dejamos el plato casi sin tocar. Quisimos no discutir más porque no merecía la pena. Pagamos y nos fuimos. Añadir que la camarera fue muy amable en todo momento y nos aconsejo zonas para visitar mercadillos por Ibiza. Un detalle por su parte.