Almudena Baldonedo Martín
?Una auténtica estafa. ?Jamás me han tratado tan mal. ☹️Una chapucera. ?No es nada sería ni profesional, sólo al principio cuando empiezas con sus servicios, una vez que te ha captado muestra desinterés. ?Aunque fuí a sus servicios durante un par de años aproximadamente, tuve que dejar de ir. Inicialmente todo correcto, mi piel mejoró, pero al paso de los meses mi piel empezó a irritarse y comenzaron a salirme granos como si tuviera acné juvenil. Tuve que interrumpir yo los tratamientos porque ella carece de iniciativa, que sólo demuestra para venderte sus productos. ?Llegó hasta quemarme la cara con el láser y por su puesto me hizo un costoso tratamiento de recuperación. ?En fin, tantos tratamientos me hizo y tantos productos que me cambiaba cada 2x3, ?que mi piel empezó a colapsar y a empeorar visiblemente, con el considerable trauma que conlleva salir a la calle con la cara hecha polvo todos los días y las incómodas preguntas de familiares y amigos. ?Entre que ella no actuaba ante el deterioro que cada día se hacía más patente, más que vendiéndome productos que no hacían más que empeorarmela y que el gasto que se me hacía ya insostenible, pues en los últimos meses se había incrementado de manera astronómica, no vi más solución que interrumpir los tratamientos, así que acudí a la cita que tenía reservada y en la puerta misma se lo dije ya que parecía dispuesta a seguir con el tratamiento, con ácidos ni más ni menos, como si no pasará nada, con lo que ella me aplazó a otro día para darme soluciones y me marché a mi casa. Después pensándolo bien decidí no acudir a la cita, porque no me parecía de recibo, primero que no me atendiera en ese instante, ya que yo tenía mi cita, después que en las condiciones que estaba lo aplazara para más de una semana, tiempo suficiente para que se me hubiera caído la cara. No creo que la haya importado mucho porque aún estoy esperando a que me llame y han pasado años, los que me está costando recuperar mi piel, por desgracia hay cosas que no se recuperan. No la denuncié porque no tengo ganas ni tiempo de movidas, pero bien que se lo merece. Ahora voy a otra que está en la misma calle que es mucho más honrada y profesional, además es un encanto que no dá prioridad al dinero ante la salud de los clientes. Con estos tratamientos te pueden hacer mucho daño, mucho más que estético.