Francisco Linde
RESUMEN DE MI EXPERIENCIA: TODO PROBLEMAS CON VERTICOLOR
PROBEMAS CON LA INSTALACIÓN. En el otoño de 2020 instalé más de 10 mosquiteras enrollables y plegables en mi casa. Ya desde el principio tuve problemas (Lentitud, material con las medidas equivocadas, instalador que mancha las paredes interiores al instalar las mosquiteras y la empresa no se hace cargo, y promesas de acabar el trabajo -sellarlas con silicona-, que un año después todavía no se han cumplido)
PROBLEMAS CON LA POSVENTA: A finales de agosto 2021 una de las mosquiteras enrollable aparece fuera de su carril y con la malla rasgada (Desconozco el motivo). Llamo la primera semana de Septiembre para pedir que acuda un instalador entendiendo además que debe cubrirlo la garantía. Me dicen que me llamarán para avisarme de cuando va el montador. Tardan 2 meses en acudir y en todo ese tiempo tengo que llamar una media de dos veces por semana para preguntar. Siempre la misma respuesta de la persona que atiende el teléfono: Ya le llamaremos. Por fin a principios de noviembre acude un técnico, graba un video y dice que me llamarán para darme respuesta. 20 días despues nadie llama y decido hacerlo yo. Tras varios intentos -tienen un horario reducido de atención telefónica y es muy complicado que te atiendan a primera llamada-, lo consigo. Me dicen en un principio no saben nada de que un técnico haya estado en mi casa, y tras protestar me indican que ya tienen la informaicón, que la rotura de la malla es un mal uso y que no lo cubren. (Yo tengo las mallas bajadas durante todo el verano y primavera y las subo en otoño e invierno. no hay más más manipulación). Todo ello con la persona que atiende el teléfono diciendo que duda de la versión que le estoy dando.
Aprovechando la reclamación y que por fin hablo con ellos para preguntarles por cuando irán a sellar las mosquiteras, la respuesta de la persona que atiende el teléfono, en tono chulesco, es que no piensan hacerlo.
En definitiva, mi experiencia con VERTICOLOR ha sido NEFASTA. Mal en la venta e instalación y pésima en la posventa permitíendose, además, poner en tela de juicio la versión del cliente con un tono chulesco alejado de cualquier buena práctica en la relación con el cliente.