Julia MatRues
De compras casuales por Bilbao hemos topado con esta tienda, a la que hemos entrado con la predisposición de comprar una de las bufandas que tenían expuesta.
Después de dar una vuelta, le he pedido, amablemente, a la dependienta si me podía dar la bufanda que tenía en el escaparate, a lo que me ha respondido que no, que estaba sola en la tienda y tenía que atender (estábamos 6 personas, de las cuales dos éramos mi madre y yo y la tercera era ella), y que para cogerla tenía que desmontar el escaparate, que había otras bufandas parecidas en el expositor que estaba justo detrás de mí. Le he dicho que ya las había visto pero que me gustaba más la que había visto desde un principio y me ha repetido lo mismo, pero esta vez acompañado de un "encogimiento de hombros"...
Así que con las mismas hemos salido de la tienda, nosotras sin la bufanda y esa señora con una venta menos.
Aún no entiendo a qué se refería con lo de "desmontar el escaparate" porque estirando el brazo se podía acceder al artículo sin ningún problema, estaba bien accesible...
Luego decimos que el consumo por internet está en aumento, llevándose por delante al pequeño comercio, pero con dependientas de este calibre no me extraña!!