ClÁsico
añadir un poco mas de información: El Cabezo de San Pedro constituye uno de los núcleos de relieve que conforman la actual orografía del casco urbano de Huelva, presentando abruptos escarpes en sus laderas Sur, Oeste y Norte, mientras que la ladera Este tiene más suave desnivel resultando accesible.
Su perfil actual es el resultado de la labor antrópica a efectos de conquistas de manera progresiva, suelo edificable, combinado con efectos erosivos recientes.
Esta unidad de relieve queda constituida, de techo a muro, por los restos de una antigua terraza cuaternaria conformada por gravas, arenas, limos y arcillas; le sigue una formación de arenas de época pliopleistocena que se superpone a los afloramientos de limos amarillos del Mioceno Superior.
El yacimiento, bien documentado mediante más de una decena de cortes estratigráficos, ocupa 1,3 hectáreas y presenta una extensa ocupación, con un encuadre cronológico amplio que abarcaría hasta los momentos iniciales del Bronce Final, a periodos más modernos que incluirían la época Medieval Cristiana.
Con una estratigrafía cuya potencia media alcanza los 4 metros, los diferentes cortes estratigráficos documentaron escasos restos arquitectónicos consistentes, en la mayoría de los casos, en estructuras muradas fabricadas con mampuestos irregulares de mediano tamaño trabados por medio de la arcilla roja característica de la cobertera cuaternaria existente en todos los cabezos onubenses.
El resto constructivo más significativo lo constituye un muro ancho de mampostería y pilar de sillares en su tramo medio, excavado durante la campaña de 1978 en los cuadros A.2, con una dirección Este-Oeste. Se dejó al descubierto en casi 10 metros, pero, con toda seguridad, continua hacia el Oeste bordeando el Cabezo y que, tras los estudios realizados del abundante material que lo acompañaba, se puede fechar en el siglo VIII a.C.