Joel Cordero Garcia
Al entrar a la habitación observamos hormigas, acudimos a recepción a exponer la situación dada y la única solución que nos ofrecieron fue darnos un bote de insecticida y nos comentaron que el personal de mantenimiento no se encontraba en el preciso momento. Al día siguiente el problema era mayor y volvimos a realizar la queja, nos cambiaron de habitación, el problema persistía en la nueva habitación... No volvimos a poner queja puesto que la situación se repetía consecutivamente y si nos volvían a cambiar de habitación, se hubiese vuelto a repetir el problema. La cama estaba llena de hormigas, las toallas, la propia ropa nuestra...
Para colmo pusimos el cartel de no molestar en la puerta desde que nos alojamos hasta que salimos, y nuestra sorpresa fue que la última tarde que por casualidad estuvimos en la habitación descansando vimos como una de las personas del personal de limpieza, abría la puerta de nuestra habitación! Cuando nos vio cerró la puerta y salimos a comprobar quién era... No nos explicamos en qué momento esa persona decidió abrir la puerta de nuestra habitación teniendo el cartel de no molestar puesto...
Por otro lado, los desayunos para ser bufet eran escasos, ya que había poca variedad de alimentos...
Como algo positivo las instalaciones eran correctas y hay zona en los exteriores de fácil aparcamiento.