victor f.g
La Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos (ETSICCP) de la Universidad Politécnica de Madrid es una escuela de ingeniería civil. Su título de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos ha sido certificado a nivel de máster por la Accreditation Board for Engineering and Technology (ABET).
La Escuela de Caminos de Madrid se fundó en 1802, 17 años después de que en 1785 el conde de Floridablanca, Secretario de Estado y Superintendente de Correos, creara la Dirección General de Caminos. El rey Carlos IV había instituido la Inspección General de Caminos en 1799, cuyo segundo Inspector General, el ingeniero militar canario Agustín de Betancourt (1754-1828), impulsó la fundación de la Escuela de Ingenieros de Caminos y Canales. Betancourt, que ya había definido en 1791 las cualidades deseables en un Ingeniero de Caminos, tuvo como modelo la École de Chaussées francesa, en la que había residido como pensionado.
La primera sede de la institución fue el Palacio del Buen Retiro, donde comenzaron las clases en el mes de noviembre de 1802. La primera promoción, formada por cinco ingenieros, salió de las aulas en 1804. El comienzo de la Guerra de Independencia contra la invasión napoleónica obligó a suspender las clases en mayo de 1808. La destrucción del palacio durante el conflicto y la posterior abolición de la Inspección General y de su Escuela en 1814, propició un periodo de una inactividad académica prácticamente total. No sería hasta 1820, con los nuevos aires constitucionales, cuando la Escuela se volvería a abrir, para ser cerrada de nuevo en 1823, con la derogación de la carta magna.
Tras numerosas vicisitudes políticas durante el final del reinado de Fernando VII, bajo el impulso del prestigioso ingeniero José Agustín de Larramendi, la Escuela abrió definitivamente sus puertas en 1834. Su nueva sede fue la Aduana Vieja, en la plazuela de La Leña.
En 1835 se asumieron las competencias en Puertos, y en 1836 se aprobó el primer reglamento del Cuerpo de Ingenieros de Caminos y Canales, ampliándose el plan de estudios de tres a cinco años e instituyéndose el examen de ingreso.[6] Unos años después, en 1849, se creó una escuela preparatoria común para ingenieros civiles, de minas y arquitectos, que tras dos años de estudios posibilitaba el acceso a un examen de ingreso en la Escuela Especial, donde el programa de estudios se completaba con otros cuatro años de formación.
El plan de estudios de la Escuela recuperó su total autonomía en 1855, cuando un nuevo reglamento estableció un programa específico de seis años, con el correspondiente examen de ingreso previo (aunque el plan de estudios se acortó a cuatro años en 1868). Una vez superado el examen de ingreso, podían cursarse los estudios en régimen de internado o externo. Finalizada la carrera, se obtenía el título de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que habilitaba para el ejercicio libre de la profesión, pudiendo los alumnos internos acceder al Cuerpo de Ingenieros de Caminos mediante una oposición.
A partir de 1872 la Escuela pasó a depender de la Dirección General de Instrucción Pública, iniciándose un período conflictivo en el que se sucedieron numerosas disposiciones normativas de escaso plazo de vigencia, pasando a depender otra vez del Ministerio de Fomento en 1886. El plan de estudios se redujo a tres años en 1888.
En el año 1926 la Escuela vio reforzada su posición académica, obteniendo su autonomía respecto al Estado. Su independencia económica le permitió modernizar sus programas docentes y sus instalaciones, convirtiéndose en un foco cultural de primer orden en los años anteriores a la Guerra Civil Española.
En 1957 desaparecieron las Escuelas Especiales, que se integraron en la estructura general de las Universidades dependientes del Ministerio de Educación y Ciencia, con el nombre de Escuelas Técnicas. Es entonces cuando se eliminó el exigente examen de ingreso, sustituyéndolo por un curso selectivo al que seguía un curso de iniciación y cinco cursos más.