Aitor Campos Rivas
Ya he acudido en varias ocasiones a este establecimiento tanto para tomar algo como para cenar. En esta ocasión, en la que hemos ido cuatro personas para una cena de picoteo, aprovecharé para realizar mi primera crítica.
En cuanto al local, está bien ubicado en pleno casco histórico compostelano, haciendo que haya que llegar al lugar o bien a pie o en taxi, ya que por la zona está restringida la circulación. No es muy amplio, pero está bien equipado y la decoración y la limpieza siempre muy bien.
La carta es adecuada, no muy extensa pero con la suficiente oferta (recordemos también que se trata de una vinoteca). La comida en general siempre bien en todos los aspectos, tanto la presentación como la elaboración o la calidad de los ingredientes. Las únicas pegas en cuento a la comida es que a veces se nota demasiado que el pulpo o las patatas son recalentadas y desmerece bastante, así como las cantidades de algunas raciones, que o bien podrían ser mayores o los precios más ajustados. En esta ocasión en concreto pedimos una ración de pulpo, unas navajas y unas croquetas, de todo lo cual adjunto imágenes. En cuanto al tema de los vinos del lugar no puedo decir nada al respecto porque desconozco bastante el tema y no soy bebedor habitual.
En lo que se refiere al servicio, la atención siempre ha sido buena tanto por parte del propietario como del camarero.
Por lo tanto, en general, la única crítica que tengo hacia el lugar es que la relación calidad-precio o cantidad.precio está un poco fuera de lugar en algunas raciones o pinchos y podrían o bien ser los precios más moderados o bien mejorar la oferta. Por lo demás, un sitio muy agradable y acogedor en el que parar a tomar algo o cenar.