Raquel Ruipérez de la Fuente
Estuvimos 3 semanas en julio, buscando un sitio tranquilo en el campo pero para recorrer la zona. Son 3 casas independientes, cada una con su jardín privado y una piscina de 6*6 (aprox) compartida entre las 3 casas. Nosotros estuvimos en la casa 3, es la más apartada y tranquila (siempre que los vecinos de la casa 2 no sean ruidosos, que las 3 semanas nos dieron para que viniera todo tipo de gente). Con las medidas Covid actuales, el aforo de la piscina es de 4 personas (o sea, los de cada casa) y está muy bien porque te puedes bañar tranquilo con los tuyos. Lástima que alguna gente no sepa leer los carteles y vengan dispuestos a bañarse en cualquier momento. La piscina está bastante bien, le falta algo de mantenimiento y limpieza en la pintura que la recubre, y dispone de una red para que cada uno limpie los insectos antes de bañarse (estamos en el campo, hay bichos a mansalva, llevad velas y antimosquitos). La zona tiene un microclima especial, por lo que las temperaturas son más suaves que en los alrededores y por la noche/mañana refresca bastante (llevar sudadera y pantalones largos). Tienen una persona que va todos los días por allí, a revisar la piscina y se le pueden pedir toallas o cualquier cosa, se llama Paqui y es un encanto. Para estancias de más de 7 días, cambian sábanas, toallas y limpian los baños (hace falta un poco más de estropajo en sanitarios, en mi opinión). Hay lavadora y secadora, compartidas para las 3 casas y para uso del personal. Cada casa tiene un tendedero y 4 sillas/tumbonas de lona. El suelo es de madera, y cruje bastante, ojo por las noches si alguien tiene el sueño ligero. Estuvimos muy agusto, el paisaje es precioso, si queréis pleno campo para descansar pero también poder visitar otros sitios, es ideal. Nos ha gustado mucho.