Juan Jose Fernandez
Lo primero que quiero apuntar, es que no había leído las reseñas de este negocio, pero una vez las he leído, entiendo que todos los casos son idénticos, por tanto, no es una casualidad. Mi experiencia fue la siguiente; nada más entrar por la puerta, el señor de poco pelo, me dijo que donde iba, y le comento que mi familia acababa de pasar, me dijo, que no me saltará el protocolo y que me pusiera gel, le pedí disculpas, y le dije que tenía toda la razón, que me había despistado. Bueno, la comida, paso lo siguiente, pedimos para probar unos torreznos, estaban muy buenos, los menús, primera sorpresa, no eran como anunciaban en la entrada con carteles por doquier, según segundos platos, tenías que pagar más, cosa que no aclaraban en los carteles de fuera del local. Algunos pedimos arroz de bogavante, sólo se le puede llamar como mucho, arroz caldoso, y dudo que llegara a ser, arroz caldoso, he probado más substancia en la pata de una gamba, el fumet era inexistente, sabia a los mejillones y alguna chirla distraída por el plato, tal vez piensen que no he visto, ni he probado en mi vida un arroz con bogavante, vivo en Valencia, alguno he probado. Pasamos al segundo plato, las chuletillas de cordero, era de un cordero que cobraba, como poco, tres o cuatro cuatrienios, a parte, la carne no estaba hecha en el momento, era como si hubiera sido recalentada. La cuenta, nos intentan colar una consumición más, y siete menús con recargo en el segundo plato, cuando éramos cuatro, vamos un dislate. No aconsejo para nada, este bar. Remarco la solvencia y la simpatía de los camareros, a excepción del señor de poco pelo