Diego A (aeoris)
Resumiendo: NO RECOMENDABLE, especialmente si se tiene alguna necesidad especial de alimentación (por alergias, salud, opciones éticas, etc).
Nos alojamos en el hotel y avisamos con una semana de antelación, tanto al reservar en el hotel como por teléfono varias veces, de que íbamos a ser dos personas con necesidades concretas (vegetarianas/veganas). Cuando llegamos por la noche para cenar, volvimos a avisar de ello. Nos ofrecieron el menú y la carta, en la que no había ninguna opción vegetariana/vegana (salvo la sopa de cebolla). El personal del restaurante nos ofreció como platos: huevo frito con patatas (lleva huevo), ensalada de tomate (lleva burratina), crema de espárragos, wok de verduras con soja (quitándole el pollo) o (agárrense) arroz con tomate. Todo esto, como alternativas a platos del menú de 24 € por persona.
Bien, pues elegimos una crema de espárragos y la ensalada de tomate sin queso, y dos woks de verduras. Cuando vinieron los primeros platos, nos llevamos otra desagradable sorpresa: el tomate trinchado venía con el queso, que había impregnado todo el tomate incluso por abajo, y la crema de espárragos llevaba nata. Sabiendo que no podíamos comer lácteos, nos pusieron dos platos con lácteos, habiéndolo indicado varias veces. Bien, pues devolvimos ambos platos y cuando nos sacaron los nuevos, otra sorpresa desagradable más: nos sirvieron un tomate trinchado, sin ni siquiera algún tipo de aliño (¿habría sido demasiado echarle un poco de aceite? ¿o sal y pimienta?) y el peor salmorejo -excedente del turno de mediodía- que he tenido la desgracia de comer.
Cuando llegaron los segundos platos, la cosa no mejoró: el wok de verduras con soja (sin pollo) era... verdura con salsa de soja, sin más. Poco hecha, casi cruda, servida sin ninguna gracia y con un chorrete de crema de vinagre en el lateral del plato para decorar. No estaba malo, pero acabamos con las mandíbulas cansadas de tanto masticar.
Para finalizar, preguntamos por las opciones que teníamos para el postre. En lugar de una respuesta, obtuvimos un poema por cara de la persona que nos atendió. Vino al rato con dos platitos con fruta cortada (sin habernos preguntado). La fruta no estaba mala, aunque claro: es fruta, sin más.
El personal en general se vio más que superado, y no supo disimular su insatisfacción con nuestras necesidades. Resoplidos, malas caras y comentarios desagradables pusieron la puntilla a una cena para olvidar.
En un sitio de esta categoría, esperábamos un trato mucho mejor, más preparación y que fuera el broche para una visita a la zona. Quedó lejos de las expectativas que traíamos. Aconsejaría al restaurante que tuviera mucho más cuidado con lo que sirve, y que preparase al personal para estos casos. No ya por nosotros, que al final hemos optado por un tipo de alimentación, sino por personas que por motivos de salud (como alergias) no puedan comer por ejemplo lácteos. Podrían tener un disgusto si avisan de ello y aún así les sirven como a nosotros una crema con nata.
Como únicas notas positivas: la terraza y su ambiente son agradables, y las olivas de aperitivo están muy ricas.