Jordi Atienza
Restaurante en la falda de los Picos de Europa que no te puedes perder.
Para aparcar, no es de lo mas fácil en plena temporada, pero fuera de ella, se puede aparcar casi en la misma puerta.
Una vez entramos nos damos cuenta de todos los motivos típico de la zona cántabra. Confortable y el personal es súper servicial y muy amable.
Su especialidad, tal y como ellos mismos comentan son las carnes.
Cuando pides los platos te traen para ir haciendo boca un queso cremoso para untar en un pan espectacular y casero. Es queso es también casero.
Para empezar una cecina hecha por ellos mismos con pimientos asados. Es espectacular notar la finura de la carne de cecina que deja un sabor en boca duradero.
Seguimos con unas croquetas de Compago del cocido Lebaniego. Espectaculares y cremosas con rebozado atípico. Se deshacen en la boca.
De segundo, unas albóndigas de buey Tudanco, una raza autóctona de Cantabria y que es un ganado robusto, de carácter bravo. Tiene una cornamenta muy característica, tanto los machos como las hembras. Las albóndigas son consistentes, muy sabrosas y bañadas con salsa. Se acompañan de patatas fritas.
Asimismo, una chuleta de vaca a la piedra, servida con pimientos del padrón y pimiento escalibado. Traen una piedra muy caliente en la que puedes ir haciendo la chuleta al gusto de cocción.
Para terminar, una tarta casera de queso acompañada con galleta crumble, arándanos y frutos rojos.
Durante la comida se ha acompañado un Ribera del Duero Legaris, joven pero consistente.
El precio medio por persona con cafés es de unos 35 €.