Sarah Sin H
Estuve en este centro durante un año, durante el cuál me fui dando cuenta de lo absurdo de todo lo que compone ese sitio. Las terapias, aunque muy numerosas, se llevaban casi todas desde un punto psicoanalista muy inútil. Las únicas terapeutas que merecían la pena se tuvieron que marchar (una de ellas a la fuerza) dejando las terapias en manos de un hombre que se salta la confidencialidad médico-paciente según le va viniendo en gana y sin avisar, creando situaciones familiares muy conflictivas en vez de solucionarlas, y una mujer que aparte de poca cercanía inspiraba algo de miedo y poca utilidad en las terapias aparte de hacerte llorar sin controlar la situación posterior. Son mucho de "tiro la piedra y escondo la mano". Los conflictos familiares, aun siendo creados por comportamientos tóxicos de familiares, se llevaban al "tu padre no va a cambiar así que cambia tú o acostúmbrate"; los temas de la comunidad LGTB, especialmente la transexualidad y el respeto a las creencias y opiniones de cada uno sobre género y sexualidad de llevaban de una manera realmente mala. Dicen que hay que comer ahí como algo terapéutico pero luego si te vas al baño a vomitar nadie dice ni mú. Había situaciones muy tóxicas para el grupo que, en vez de ser escuchadas, eran tachadas de responsabilidad o culpa del grupo (de pacientes con trastornos) o directamente ignoradas. Se tratan TODO tipo de trastornos de la misma manera, con los mismos grupos y con todos juntos. Se preocupan más de que no quedes fuera del centro o que no fumes porros de lo que realmente te preocupa y afecta en la vida. En fin, me acabé yendo porque de expresar mi opinión disconforme con ciertas cosas me miraban mal y me "castigaban" más que al resto, porque lo único que hizo fue empeorar mi salud mental y generar una situación horrible en mi familia que se podría haber evitado y era innecesaria, sobre todo porque esa información al había contado para expresar mi situación vital, no para que fuera revelada sin mi consentimiento. Una verdadera vergüenza para mí y para muchos de los que eran mis compañeros en aquel momento, que estaban ahí porque no encontraban otra cosa y porque lo paga el seguro escolar. Lamentable.